La importancia de la Radio Comunitaria en la construcción de paz en Colombia.

Desde el año 2016 y en el marco de la firma e implementación de los Acuerdos de Paz, inició el proyecto “Radios Comunitarias para la paz y la Convivencia”, iniciativa de la Red Cooperativa de Medios de Comunicación Comunitarios de Santander (RESANDER), financiado por la Unión Europea y en alianza con la Presidencia de Juan Manuel Santos.

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Dicho proyecto, busca “el fortalecimiento de la radio comunitaria colombiana como un actor relevante en la construcción de una cultura de paz y convivencia en los territorios”. Objetivo que a mí parecer, resulta determinante en un posible escenario de implementación del posconflicto. Sin embargo, aún existen varias complicaciones que han limitado históricamente tanto la operación en términos técnicos, como el despliegue y apoyo a la labor social y política que cumplen las Emisoras Comunitarias en Colombia.

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Un gran porcentaje de las regiones rurales del país, tienen como único medio de comunicación e información a una Emisora Comunitaria, donde se abordan temas específicos de conveniencia e incumbencia para sus habitantes; Contrastado con el tipo de contenidos informativos que los medios de comunicación tradicionales transmiten, basados en intereses económicos y políticos, desdibujando y rezagando a zonas que por años han estado abandonadas por el Estado y que, para rematar, han sufrido los vejámenes del conflicto armado.

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Por otro lado, la financiación, apoyo y asignación de las frecuencias por parte de las entidades reguladoras también han basado sus criterios en lo mismo: dinero; reflejándose una clara competencia desigual, pues no se pueden comparar las emisoras comerciales, con las comunitarias ¡Eso es un despropósito! Que, de todos modos, está vigente y que ha llevado a muchas de las radiodifusoras a cerrar.

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Otras de las dificultades estructurales se basan en la precaria financiación tanto del Estado, como de los organismos gubernamentales de los departamentos donde se encuentran las emisoras. Además, los comunicadores de los medios locales y comunitarios reciben constantes presiones (Censura, amenazas, desplazamientos forzados, etc.) por parte de actores armados.

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Ahora, y como expuse en el título, debemos hablar de la importancia que cumplen las emisoras comunitarias en la construcción de paz en el país. Para empezar, al estar tan conectadas con los problemas de sus comunidades, abordan la información desde un punto de vista más práctico, más sencillo y que responde a las necesidades de los habitantes.

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En segunda instancia, las Emisoras Comunitarias, articulan temas coyunturales políticos, sociales y económicos de interés nacional, con lo local, allí en los barrios, en las veredas, en los centros poblados, etc. Y que, en el caso del Proceso de paz, abre las posibilidades reales de participación ciudadana siguiendo de cerca la implementación contemplada en los Acuerdos.

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Como tercera opción, son espacios de inclusión, donde los habitantes se ven reflejados, permitiendo un intercambio de saberes, que reconoce al otro, escucha lo que tiene que decir y no ve al que está sentado detrás del micrófono como alguien superior, sino un igual, que tiene saberes por compartir y aprender. Lo que al final, luego de más de 50 años de guerra, aún no aprendemos del todo: tratar de entender al otro, solidarizarnos con el que sufre y dejar de lado: “Sí no es conmigo, no me afecta”.

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Para finalizar, considero que este tema tiene un concepto clave y es el empoderamiento por parte de las comunidades, estamos ante un momento histórico que nos exige replantear nuestro papel como ciudadano y como profesionales ¿Cómo estamos contribuyendo a la construcción de paz en el país? ¡Piénselo!, así usted no lo vea, y con frase de cajón y todo: las grandes revoluciones, comienzan con pequeños cambios. Apoyemos las Emisoras Comunitarias, los medios alternativos populares, tienen más poder del que se percibe y del que se cree.

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