Escribo estas memorias a las 10:09 am durante el vuelo de regreso de Leticia a Bogotá. Inspirada pero absolutamente contrariada al dejar un lugar lleno de vida, de calor humano, donde lo esencial de la existencia lo tienes todos los días frente a tus ojos. No necesitas más, pero tampoco tienes menos.
En mi corazón solo tengo gratitud para la comunidad de Mocagua, para Leo, María, Clara, José y en total todas las personas de los cinco clanes que la componen.
Como parte de mi trabajo de asistente y traductora de la talentosa artista Raquel Van Haver en Colombia, con quien llevábamos recorriendo el país por 2 semanas, viajamos por primera vez a una de las zonas más especiales y sin temor a equivocarme, una de las más místicas y mágicas en el mundo entero. Es el lugar donde comienza la vida, el Amazonas.
El 25 de julio comenzaría nuestra travesía. Tomamos un vuelo desde Bogotá hacia Leticia, aproximadamente 2 horas de viaje en las que se puede apreciar el contraste y la inmensidad de nuestro país. Acercándonos, aunque a varios pies de altura, pudimos observar una selva única, esa que todos llamamos el pulmón del mundo, de la que sobresalen las inmensas ceibas (los arboles más altos del Amazonas) o Wone (árbol sagrado) una selva tupida que escondía los más grandes secretos que sólo serían revelados a aquellos que se atrevan a recorrerla, vivirla, amarla, sentirla; pero sobre todo, respetarla.
Una vez llegamos al aeropuerto Vasquez Cobo, sentimos la particular humedad que caracteriza el entorno selvático y que dicen alcanza el 90%. Una temperatura agradable, de unos 28º aproximadamente, tan cálida como la personalidad de Leo y José, nuestro guía y conductor quienes muy amablemente nos ayudaron con nuestro equipaje y nos brindaron un almuerzo rápido para luego llevarnos a tomar la lancha pública hasta la comunidad de Mocagua. El puerto es realmente pequeño, pero suficiente para la afluencia de personas, en este caso recomiendo que reserven sus cupos pues salen un número determinado de botes a horas establecidas (hasta las 3pm) y puede ser un poco complejo. Allí, Raquel y Bibi (cineasta holandesa acompañante de Raquel en esta experiencia) Leo y yo nos dirigíamos río arriba hacia nuestro destino.
Los viajes en bote son siempre un reto para mí, pues nunca me he sentido segura cuando lo he hecho anteriormente. Esta vez, el trayecto sería de 1 hora y 30 minutos navegando por el río Amazonas, uno de los más caudalosos del mundo, del que se cuentan innumerables historias y en el que se dice habitan animales tan terroríficos como la anaconda o las pirañas, pero también tan extraordinarios como los delfines rosados o el pirarucú, el segundo pez de agua dulce más grande del mundo. Una vez tomamos la lancha, avanzamos unos metros por un lago que desemboca en el majestuoso e imponente río Amazonas. Mis queridas acompañantes, estoy segura, pensaron que este sería uno de los viajes más tensionantes para mí; sin embargo, puedo asegurarles que lo único que sentí fue un profundo respeto y como muestra de ello, estaba poniendo mi vida a su disposición, navegando por sus aguas con la corriente en contra y con decenas de troncos chocando contra el bote (nada fuera de lo normal, según me explicó Leo).
"Si navegas en él, eres parte de él."
Confié en su flujo y corriente, disfruté de la vista, porque aunque parece siempre el mismo paisaje, hay tantos detalles que hacen que un tramo nunca sea igual al otro, sentí la cercanía a Brasil y Perú, esa que hace especial este lugar como triple frontera. Y así, después de un largo recorrido y de muchas pero maravillosas historias que me contó Leo (sobre las que profundizaré en otras entregas especiales), llegamos a la comunidad de Mocagua, su comunidad, su familia, donde está su vida. Subimos varios escalones de madera, como quien sube la verde montaña y llega a un lugar sagrado a hablar con Dios, en este caso con Nutapa (Dios Ticuna). En un principio no sabía qué encontraría arriba, y lo que hallé fue realmente maravilloso, sorprendente y único.
Comunidad de Mocagua
Desde el primer instante la amabilidad de sus habitantes es como un soplo de aire fresco, estar lejos de casa nunca se había sentido tan bien y en gran medida es gracias a mujeres, hombres, niños, niñas, jóvenes y los más importantes, los adultos mayores, sabeedores, maestros del conocimiento ancestral y natural.
Todo es diferente y lleno de magia. Uno de los habitantes de la etnia Ticuna nos explicó el objetivo de este espacio que han abierto a los turistas dentro de su propia comunidad, cuán importante es para ellos la conservación, la preservación y la recuperación de este entorno y sus especies, cómo han venido desarrollando el ecoturismo en equilibrio con sus actividades indigenas, qué nos es permitido hacer, encontrar e incluso hasta donde podemos llegar en el territorio. Quiero aclarar que, parte de la experiencia también es responsabilidad del visitante, quien debe respetar siempre el balance que tienen como sociedad y sus lugares sagrados en los cuales no es permitido el acceso. Pero esa es justamente la magia, lo increíblemente místico y admirable de las formas de convivencia de las comunidades locales.
Posteriormente encontramos La Ceiba, pero no, no estoy hablando del árbol más alto del Amazonas, hablo de la que sería nuestra casa por tres días. Aunque sí, lleva este nombre en su honor. Muchos hoteles afirman que su objetivo es que el huésped se sienta como en casa. En este lugar, desde el momento en el que llegas, sientes el olor a la madera con la que está construido en su totalidad este hostal y desde que te dan la bienvenida con la hermosa sonrisa de María y un refrescante jugo de copoazú (fruta tradicional del Amazonas) sabes que ¡estás en casa!
Esta tierra también será tu casa por unos días y sus habitantes serán tu familia. Acompáñame a descubrir más sobre este increíble lugar al que yo volvería una y mil veces a conectarme conmigo misma y con el lugar #DondeComienzaLaVida
Cada capítulo que publicaré durante las siguientes tres semanas fueron los tres mensajes (tres capítulos) más importantes que dejó en mí el Amazonas, contados a través de mi experiencia y de las increíbles historias que muy amablemente me compartieron.
No se pierdan la próxima entrega el 28 de agosto a las 7pm.
Nota de la escritora:
Nos sumamos a la campaña mundial #PrayForAmazonia porque es un territorio tan vivo como hay pocos en el mundo. Porque allí viven aquellos que nos recibieron con tanto amor, quienes comparten cultura y etnia con comunidades de Brasil, donde se encuentran principalmente los incendios forestales y donde las políticas ambientales del presidente Bolsonaro han causado un desastre ambiental de gran magnitud, cada minuto se estima que en el Amazonas del país vecino se tala un equivalente a un campo de fútbol.
Quiero extender el llamado a todos los lectores para que se sumen a la campaña a través de las redes sociales, que apoyemos a quienes desde el territorio buscan la conservación de esta inigualable selva en pro de todos los habitantes de este planeta. #DondeComienzaLaVida
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