Con la aprobación del decreto 613 de 2017 el gobierno nacional legalizó hace más de un año el uso de marihuana para uso médico y científico.
Por: Álvaro Felipe Garzón Niño
Desde los inicios del siglo XX el cannabis ha sido mostrado ante la sociedad como una droga que puede llevar al ser humano a cometer actos criminales y así ha sido estigmatizada a través de los medios de comunicación y las fuentes de entretenimiento como el cine. Todo este modelo de satanización de la planta ha llevado a que hablar de ella sea un tabú y que quien la defienda sea tildado de drogadicto.
El cáñamo y la marihuana hacen parte de la planta Cannabis Sativa, pero es la primera, la que es utilizada para diferentes propósitos como la producción de aceite, alimentos, papel, textiles, fibra y ungüentos. La diferencia entre estas dos es la cantidad de THC (Tetrahidrocannabinol) que contiene, siendo este el compuesto psicoactivo. Por ejemplo, el cáñamo es más abundante en CBD (cannabidiol) y tan solo tiene máximo un 0.3% de THC.
Con lo anterior se busca mostrar que el uso de la marihuana como tal no solo se puede ver con fines recreativos, sino que tiene otros usos que antes del siglo XX eran avalados por los países, sin embargo, con la llegada de la industrialización los grandes poderes vieron que el cáñamo era un enemigo de sus fines capitalistas y por ello llevaron a la prohibición incluso del cultivo para evitar que esto afectara la industria de los textiles (Antes de 1820, el 80% de las telas contenían cáñamo) y el papel (hasta 1830 todos los textos en estados unidos estaban impresos en cáñamo).
Un dato que puede explicar esto es lo que indica Javier Barros Del Villar quien afirma que “el departamento de Agricultura de los Estados Unidos informó que para 1940 todos los libros serían impresos en cáñamo, lo cual implicaría que no se tendrían que talar más árboles”.
Con la legalización se ha creado una cultura de auto cultivo, también promovida por el creciente auge de las llamadas grow shops o tiendas cannábicas, en donde el usuario puede encontrar desde Semillas, abono y Guías para el cultivo en espacios reducidos, hasta artículos relacionados con el consumo como Rascadores, papeles, vaporizadores y encendedores.
Según Edwin Arévalo, quien posee un cultivo en la azotea de su casa desde hace 3 años, “es mi deber como ciudadano no auspiciar el negocio que está detrás de la hierba y por eso, siento que debo aprovechar que constitucionalmente tengo derecho a sembrarlo y cosecharlo”. Debido a lo ilícito de la marihuana esta ha sido traficada de manera ilegal, lo que conlleva a guerras de cárteles en busca del poder de territorios de siembra o venta.
La marihuana a través de la historia ha sido utilizada para múltiples tratamientos, así como nos contó Edwin “… si usted no sabía, los cannabinoides que brinda esta planta son el mejor tratamiento para los efectos secundarios de la quimioterapia, además de ser muy efectivos liberando el estrés, aliviando dolores fuertes, estimulando el apetito, controla la ansiedad, suprime las náuseas, alivia el glaucoma, reduce inflamaciones y convulsiones, incluso controla la epilepsia, estimula el sueño y muchos beneficios más que trato de compartir con mis papás y compañeros que lo necesiten”.
Otro caso de éxito con el uso de la marihuana con fines medicinales es el de Luis Sánchez, dueño de la tienda de gafas de madera TRIP, quien hace unos años sufría de trastorno de ansiedad con cuadros de esquizofrenia. Luis cuenta que “inicialmente el tratamiento se basaba en medicamentos tradicionales, pero cuando la doctora me iba a prescribir PROZAC, le dije que eso no me lo iba a tomar, no quería andar como tonto por la vida”. Y es que los efectos colaterales de los medicamentos pueden ser somnolencia, problemas motrices, sequedad bucal, dilatación pupilar, en incluso, problemas de memoria a corto plazo.
Ante la negativa de Luis de tomar el medicamento la doctora le sugirió que aumentara el consumo de marihuana y los resultados fueron la desaparición de los ataques de ansiedad y los cuadros de esquizofrenia. Hoy en día Luis administra su local en chapinero y vive en una finca en Guaduas en donde tiene su taller.
Finalmente, es importante resaltar que la satanización de la marihuana ha llevado a la sociedad a desconocer sus propiedades, llevándola a asociarla con la indigencia, olvidando que sustancias como el alcohol y el tabaco son el primer eslabón en las cadenas de farmacodependencia pero que debido a que están manejadas por grandes capitales no tienen la propaganda negra que si tiene esta milenaria hierba.
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